miércoles, 19 de mayo de 2010

CRÓNICA DESDE MÓSTOLES

Ayer asistí a la presentación del "autobús" de Santiago Solano en la biblioteca de Móstoles. Le presentó nuestro amigo Alejandro y también colaboró en el acto nuestro otro amigo, Emilio, consumado y galardonado poeta, y admirable filósofo.
Sumabamos una veintena los asistentes, lo cual es, para el lugar donde se desarrolló el acto, una cantidad nada desdeñable.
Cómo ya he hablado largamente de esta obra de Santiago, sólo quería transmitir a mis visitantes que lo pasamos de miedo escuchando los dimes y diretes de estos tres impecables oradores, y yo creo que ello era el reflejo de lo mucho que se estaban divirtiendo ellos mismos con sus réplicas y contraréplicas. Primero vino el turno de la estupenda presentación de Alex, técnicamente intachable. Luego el discurso brillante de Santiago, en el que empleó una declamación de bandera, magistral, que dejó boquiabiertos a los presentes. Y finalmente, la fluida exposición de Emilio, que sólo necesitó garrapatear cuatro notas previas para luego explayarse con el uso de su sonoro verbo, instrumento que, inundando la sala, nos robó a todos los presentes la atención y hasta el aliento, haciéndonos inconscientes del paso del tiempo. La verdad, asistir a una tertulia de tales maestros, me parece casi más interesante y productivo que asistir a un espectáculo de moda, dejándose allí uno además los cuartos.