jueves, 26 de agosto de 2010

ORIGEN

¡Hola, amigos! Como sabéis, a veces me gusta hacer la crítica de alguna película que haya visto recientemente. En esta ocasión se la haré al film “Origen”. Nos vamos a olvidar de la ficha técnica y todo eso, y me permitiréis que me centre en mis impresiones personales
Me contaron algunos conocidos que les había gustado, valía la pena ir a verla, al menos si se comparaba con la basura generalizada, con perdón, que llega a las grandes pantallas. Así que fui a visionarla.
Por supuesto, un buen elenco de actores empezando por el incombustible Michael Caine, un gran despliegue de medios técnicos y un guión muy original, creo que no tratado hasta ahora. Todo ello te garantiza el entretenimiento durante las dos horas aproximadas de “peli”.
Pero cuando te marchas del cine y empiezas a dar vueltas a la historia, te das cuenta de que te han vendido más de lo mismo, una de tiros y acción “casposa”, disculpadme el calificativo, pues terminas calculando los minutos totales que han dedicado a las ráfagas de metralleta, las explosiones de gasolina, y los destrozos en vehículos, y te das cuenta de que durante sesenta o setenta minutos has estado viendo al “equipo A“ matando banalmente “marcianitos”, y en realidad te han escatimado la interesante trama, en lugar de desarrollarla y utilizarla al máximo, en pro de los manidos y ya detestables efectos especiales bélicos, que empiezan a aburrir a todo hijo de vecino, por lo menos a mí, cuando no vienen a cuento, es decir cuando para nada los requiere la historia que te tratan de contar.
Y en esta ocasión menos que nunca, porque en absoluto, repito, los exige el guión, basado en consideraciones psicológicas sobre el misterioso mundo de los sueños. Antes bien, parecen un pegote adosado a golpe de martillo. Realmente me compadezco del guionista, que habrá tenido que tragar con carros y carretas para conseguir llevar su creación, seguramente muy diferente en su origen, a la pantalla y así poder percibir sus vitales emolumentos.
Pero, yo me pregunto, ¿el ciudadano norteamericano no está ya hasta el gorro de ver siempre lo mismo?, “buenos” matando impugne e impúdicamente, con toda facilidad y sin ton ni son, “malos” torpes, incapaces de acertar un disparo, de forma tan despiadada y poco verídica.
Porque con ese argumento, casi de antología, suprimiendo los “tiros” y elaborándolo un poco más, y contando con el presupuesto que se ve han gastado en el largometraje, y esos actores de envergadura, podría haber resultado una de esas películas oscarizadas que quedan para siempre en nuestra memoria y en la historia de la cinematografía.
Que pena da el constatar que han cercenado en ella toda la inmensa riqueza que podría salir de la ilimitada imaginación onírica, para centrarse en los marcos apropiados donde pegar los tiros: por supuesto época actual, ni siquiera han considerado escenarios futuristas o históricos, armas convencionales, y paisajes urbanos o una especie de estación de esquí alpina donde desarrollar un combate invernal al estilo “James Bond”.
Y así se demuestra mi tesis, las empresas de efectos especiales de Holliwood han adquirido tal preponderancia, que las productoras han quedado a su servicio, en un escalón inferior, en lugar de lo que sería normal, todo lo contrario, y las películas se han convertido en el mero pretexto donde colgar sus “manualidades” efectistas. Una lástima.
Yo, francamente, ni la recomiendo ni la dejo de recomendar, pero ya vais advertidos… Un saludo.